La ruta hacia WrestleMania 40 se ha tornado inesperadamente polémica y cargada de emociones, especialmente después de la intervención de Dwayne "The Rock" Johnson en el reciente enfrentamiento verbal entre Cody Rhodes y Roman Reigns. La disputa, que se centra en quién será el protagonista del evento principal junto a Reigns, ha tomado un giro personal y familiar que promete intensificar la ya de por sí electrizante atmósfera de WrestleMania.
Cody Rhodes, tras su victoria en el Royal Rumble, había asegurado su lugar en el evento principal de WrestleMania 40, desafiando a Roman Reigns por el campeonato. En un intento por aumentar la presión, Rhodes no dudó en traer a colación el legado familiar de Reigns, sugiriendo que sus ancestros se sentirían avergonzados por él. Este comentario no solo añadió leña al fuego en su rivalidad con Reigns, sino que también atrajo la atención de The Rock, primo de Reigns, quien no tardó en salir en defensa de su sangre y su legado.
La situación escaló rápidamente cuando The Rock, en un acto de solidaridad familiar y honor, confrontó a Rhodes y le propinó una cachetada en respuesta a sus provocativas palabras. "Déjame dejarte algo bien claro. Cuando hablas sobre su familia, hablas sobre mi familia. Y cuando hablas de su sangre, hablas de mi sangre. Por eso ahora, tenemos un problema", declaró The Rock, marcando un punto de no retorno en esta saga que ahora involucra a tres de las figuras más emblemáticas de la WWE.
Este incidente no solo ha colocado el evento principal de WrestleMania 40 en una nube de incertidumbre, sino que también ha añadido una capa de intensidad personal a la ya de por sí apasionante narrativa de la WWE. Con la familia en el centro del ring, los fanáticos se encuentran al borde de sus asientos, anticipando cómo se resolverá esta confrontación y qué significará para el esperado enfrentamiento entre Rhodes y Reigns.
A medida que WrestleMania 40 se acerca, la comunidad de la WWE se encuentra dividida y al mismo tiempo unida por la expectativa de lo que será, sin duda, uno de los eventos más memorables y emocionalmente cargados en la historia reciente de la lucha libre profesional.