NOTA
Redacción Diego Chimal ANCOP
Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, mismos que fueron demorados a causa del coronavirus, calculan que el costo final del evento será de 13,330 millones de dólares, es decir el doble de lo planeado, cuando la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional (COI) les otorgó la sede en 2013.
Los funcionarios olímpicos de Tokio, se reunieron el pasado 21 de junio, previo a la disolución del organismo a fin de mes y eran quienes debían dar el detalle de las cifras finales, las cuales incrementaron como consecuencia de la pandemia y que alcanzaron alturas récord mucho antes.
El cálculo de los costos resulta difícil de creer, debido a los movimientos recientes de la tasa de cambio entre el dólar y la moneda japonesa (yen), hace un año cuando dieron inicio las Olimpiadas, el dólar equivalía a 100 yenes, pero este lunes, 1 dólar equivalía a 135 yenes, el nivel más alto de la moneda estadounidense frente al yen en 25 años.
Por su parte el economista deportivo del College of the Holy Cross, redactó un correo electrónico a la The Associated Press explicando que la mayor parte de “los gastos e ingresos son en yenes “, de manera que el hecho de que la tasa de cambio altere las cifras en dólares no afecta la ‘sensación’ que tienen los organizadores acerca del evento.
“En el período previo a los Juegos de Tokio, los organizadores solían utilizar la tasa de cambio de 107. En tal caso, 1.42 billones de yenes equivaldrían a 13 mil 330 millones de dólares como precio final. Matheson y Robert Baade investigaron los costos y beneficios de los Juegos Olímpicos para un trabajo titulado “Going for Gold: The Economics of the Olympics”, expresó el especialista.
Los organizadores determinaron que los costos oficiales al finalizar los juegos hace un año, eran de 15 mil 400 millones de dólares. Cuatro meses después, mencionaron que la cifra había descendido a 13 mil 600 millones de dólares, reflejado como un ahorro según ellos, debido a que la ausencia del público en los escenarios, redujo los cotos de seguridad y mantenimiento de los mismos.
Sin embargo, los organizadores perdieron aproximadamente 800 millones de dólares de ingresos en entradas, cifra que debió cubrir el gobierno metropolitano de Tokio. Además de ocurrir un hecho único: más de la mitad de los costos fueron cubiertos por las marcas públicas, el gobierno de Tokio, el gobernador nacional y otras entidades oficiales.
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