China, la potencia en clavados y donde México se ha beneficiado con ello. Por lo menos, con Ma Jin, la exitosa entrenadora que ha dado múltiples medallas olímpicas, incluyendo las últimas con Osmar Olvera y Juan Manuel Celaya en París 2024.
La entrenadora de clavados se dio tiempo de platicar con Marca México tras la participación en los Juegos Olímpicos de la capital francesa, y compartir los planes que se le avecinan.
Continuidad de Ma Jin con México
París 2024 fue la quinta participación olímpica de la entrenadora china con la representación azteca, por lo que ya piensa en Los Ángeles 2028 en medio del rumor que la colocan en la mira de Estados Unidos, Canadá o Australia.
"La primera vez fue en mi tierra, Beijing, y ha sido el más importante de mi vida. Me sentí orgullosa por mi país, y estaba muy feliz. Terminé satisfecha a pesar de que estábamos en China, ganamos medalla para México. Pero ya llevo cinco juegos olímpicos, y ojalá en 2028 pueda estar", mencionó
Sin embargo, Ma Jin no cierra las puertas a ofertas, y más, por el beneficio personal: "Yo con todo gusto puedo ayudar. Ya llevo aquí 21 años, ya tengo a Osmar Olvera y Juan Manuel Celaya, entonces sí puedo seguir y aprovechar los resultados, entonces los ayudaré. Pero también tengo que pensar en mi familia o mi salud, pero todavía falta tiempo y lo tomaré con calma", recalcó sobre llegar a Los Ángeles 2028.
¿Qué le falta a México para alcanzar a China?
La realidad es que el país asiático es la máxima potencia del deporte; sin embargo, Ma Jin es consciente que sí se les puede derrotar, y más, después de la actuación de Osmar Olvera y Juan Celaya en sincronizados de trampolín 3m en París 2024.
"Entrenamos mucho, aunque no tuvieran mucho tiempo juntos. Yo sé que faltan detalles, y depende del momento que los dos salen. Pero la verdad se tiraron bien y se quedaron cerca de los chinos, para mí me da mucho gusto que pelearan con ellos porque son los mejores clavadistas del mundo".
Agregando que "quedaron a sólo unos puntos, y como siempre digo, faltan algunos detalles y trabajar, pero sólo es cuestión de tiempo. Pero por los resultados y por la medalla, estoy muy contenta por los dos".
Respecto a que, si realizar campamentos en China ayudaría, para Ma Jin, sí es importante contar con el apoyo del gobierno; aunque, es más relevante fijar bases a edad temprana en México.
“Osmar Olvera nunca fue a China a ver cómo entrenaban, por eso yo prefiero agarrarlos desde chiquitos para enseñarles cómo lo hacen. Ahora espero que con el nuevo gobierno nos puedan ayudar a ir”.
Y es que la disciplina es clave, ya que "los chinos son muy constantes. De cinco clavados, siempre sacan 9; y los mexicanos, de la misma cantidad sólo sacan un 9".
"A veces siento que nos falta o que no hay seguridad, y al mexicano lo que le ayuda es el ánimo. Los chinos siempre quieren medalla de oro, y si ven que no la ganan, ahí pierden; y el mexicano no, siempre va por lo que se puede y pelea".
Ma Jin, de no gustarle clavados, a enseñar
A pesar de los éxitos que ha cosechado, lo curioso es que a la entrenadora nunca le gustó tirarse a la alberca; sin embargo, tuvo la vocación de enseñarlos desde fuera.
"Yo empecé de chiquita, mi entrenadora me descubrió en una escuela, y sintió que era buena, pero la verdad, no me gustan los clavados", compartió entre risas.
“Todas las personas ven raro que tengo éxito como entrenadora de clavados, pero el deporte no me gustaba mucho porque estaba muy alto, la alberca era muy fría. Y cuando aprendí de la plataforma me dio miedo, pero mi entrenadora me dijo que aprendí rápido, y me llevaba. Entonces cuando empecé con ella, eso me ayudó mucho para clavados. Tal vez tengo la capacidad de enseñar clavados, pero en lo personal no me gusta aventarme".
Complementando que "creo que los alumnos soy muy valientes. No me gustan los clavados por dentro, pero de fuera sé cómo tirarse clavados y la técnica para que ellos no se peguen o se lesionen. Entonces para mí eso es lo importante, tener seguridad y luego que ellos sean felices tirándose”.
Cómo le gusta a Ma Jin que la vean
Para finalizar, la entrenadora de 56 años repasó cómo fue su primer contacto con México, y, a la postre, cómo cambió su forma de enseñar tras el choque cultural y social con China.
"Cuando me separé de mi esposo, no quería sentir que mi hijo supiera que su mamá estaba en otro país, para mí, en un inicio fue difícil. Pero yo quería un cambio en mi vida y quería conocer México. Todos los entrenadores de China cuando salen saben hablar inglés, entonces se van a Estados Unidos o Canadá".
"Pero yo quería algo diferente; desde el idioma, la cultura y por eso quería conocer aquí. Pero la verdad no pensaba irme mucho tiempo, a lo mucho, dos años”.
Fue cuando aprendió que el manejo al mexicano debe ser especial: "En un principio sentí que eran muy diferentes, porque llegué sola y sólo tenía a pocos alumnos. Me tuve que adaptar al idioma, cultura, comida, y el carácter era muy diferente, entonces me gustó. Ya después con los alumnos tuve más cercanía, y me necesitaban, me pidieron que me quedara".
Eso sí, tuvo que cambiar la forma de ser exigente para cosechar éxitos: "Cuando empecé a los 20 años yo era muy dura con los alumnos, y siempre les pedía que tiraran 9 o 10 de calificación, si no, no tenía para comer”.
"Pero después supe que no podía ser así con los mexicanos, porque si no, no hubiera tenido alumnos. Tuve que aprender a convivir con los mexicanos, porque ahora ya me quieren de forma personal y como entrenadora, hay mucho respeto y ahora con la relación somos más felices".
"Eso lo tuve que aprender por experiencia, nunca hay que dejar de aprender. Sé que las culturas son diferentes, los niños me ayudan mucho. Así que, si hubiera trabajado como en China, no hubiera funcionado", concluyó.
FUENTE: MARCA
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