NOTA
Redacción Laura García ANCOP
¿Qué es el burnout?
También es conocido como el síndrome del trabajador quemado, que cada día afecta a más personas, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera una enfermedad profesional.
La propia OMS lo define como “un estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito y se caracteriza por sentimientos de agotamiento o poca energía, negatividad con respecto al empleo y reducción de la productividad laboral”.
Esta situación, cada vez más común, a pesar del ahora tan de moda “home office”, de no ser atendida, puede ocasionar enfermedades graves, tanto físicas como mentales, y repercutir en la calidad de vida del trabajador.
¿Cuáles son los principales síntomas?
La ANCOP se ha dado a la tarea de buscar los síntomas más comunes de este síndrome como lo es:
Desgaste emocional –estar decaído constantemente o irascible-
Insomnio
Ansiedad la cual se puede ver reflejada como inquietud, excitación o inseguridad intensas y constantes
Problemas intestinales
Problemas musculo esqueléticos como dolor de espalda o en el cuello.
Baja autoestima
De igual manera hay personas que suelen consumir alcohol o sustancias prohibidas o estupefacientes, según datos del Observatorio de Riesgos Psicosociales de la Unión General de Trabajadores (UGT), buscando una salida pronta, equivocada y peligrosa.
Quienes recurren a esto, deben ser atendidos de inmediato por profesionales, pues de no ser así podrían padecer consecuencias como estrés crónico, degaste del organismo, menor productividad, cansancio e inclusive puede llevar a ocasionar –a largo plazo– depresión, obesidad y diabetes.
Además, los especialistas señalan que al estar en constante tensión muscular, por un lapso largo, podría sufrir dolores en el cuello, hombros o cabeza, que pueden acabar en cefaleas –dolor en cualquier parte de la cabeza ya sea leve o agudo– o migrañas.
Es importante mencionar que nuestro organismo al estar preparado para concentrar la energía en los músculos y el cerebro en situaciones de alerta como el estrés y al estar en constante presión, se ocasiona que el sistema inmunitario cuente pierda recursos para defenderse.
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