Redacción Marlone Serrano
En un déjà vu futbolístico que ha marcado los enfrentamientos entre México y Estados Unidos por más de tres décadas, el equipo de las barras y las estrellas se impuso una vez más con un marcador de 2-0 en la final de la Nations League. Este resultado refuerza una historia de dominio en los duelos directos en competiciones significativas, extendiendo la racha estadounidense a un total de once victorias con este mismo marcador desde 1991.
La final de la Nations League celebrada este domingo no solo dejó a México sin la posibilidad de alzar el trofeo por primera vez en tres ediciones sino que también subrayó la dificultad del Tri para superar a su rival norteamericano en momentos cruciales. Estados Unidos, bajo la dirección de Gregg Berhalter, demostró su fortaleza y estrategia para mantener la hegemonía sobre México en competiciones de CONCACAF.
El primer encuentro donde Estados Unidos aplicó el ya famoso marcador de 2-0 a México fue en la Copa Oro de 1991, en las semifinales del torneo. Desde entonces, la selección estadounidense ha replicado este resultado en diversas ocasiones, incluyendo partidos del Hexagonal Final de la clasificación mundialista y encuentros amistosos, hasta culminar con la reciente victoria en la Nations League de 2024.
Entre los encuentros más recordados bajo este marcador se encuentra la derrota de México en los octavos de final del Mundial de Corea-Japón 2002, un golpe doloroso para las aspiraciones del fútbol mexicano en el escenario mundial.
Con esta última victoria, Estados Unidos no solo consolida su dominio en el fútbol de la región sino que también iguala a Brasil como la selección que más veces ha vencido a México, con un total de 24 triunfos. Este paralelo destaca el creciente nivel competitivo de Estados Unidos y la necesidad de México de revisar y fortalecer su estrategia para futuros enfrentamientos.
La rivalidad México-Estados Unidos continúa siendo una de las más vibrantes y significativas del fútbol de CONCACAF, ofreciendo emocionantes duelos y un constante reto para ambas selecciones. Mientras México busca romper esta tendencia y reclamar victorias futuras, Estados Unidos se afianza como una potencia regional a superar.
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