Redacción Marlone Serrano
En una tarde repleta de nostalgia y béisbol de alta calidad, los Diablos Rojos del México revivieron una gloriosa página de su historia al derrotar a los Yankees de Nueva York con un marcador final de 4-3. Este emocionante encuentro, que se llevó a cabo en el moderno Estadio Alfredo Harp Helú, marcó la primera victoria del equipo mexicano sobre los Yankees en 56 años, desde aquel memorable partido del 18 de marzo de 1968.
El protagonista indiscutible de la tarde fue Robinson Canó, quien no solo deleitó a los aficionados con un cuadrangular y dos carreras producidas sino también con su presencia estelar en el campo. El segunda base, conocido por su brillante trayectoria en las Grandes Ligas, incluida una Serie Mundial ganada con los Yankees en 2009, mostró que aún tiene mucho que ofrecer al béisbol.
La afición presente en el estadio fue testigo de un duelo que superó las expectativas, especialmente con la actuación de Trevor Bauer, quien inició el juego por los Diablos Rojos colgando tres argollas y repartiendo ponches a rivales de la talla de Anthony Volpe y Giancarlo Stanton. El lanzador, galardonado con el Cy Young en 2020, demostró su calidad ante un equipo de Yankees que ahora podría contemplar su fichaje.
El dominio de los Diablos se hizo evidente en el cuarto inning cuando Canó, con un batazo monumental, inauguró la pizarra llevando la adrenalina al máximo. La ventaja aumentó en el sexto tramo gracias a la ofensiva liderada por Canó, Japhet Amador, y Arístides Aquino, colocando el partido 3-0 a favor del equipo mexicano.
En el séptimo inning, Víctor González tomó el montículo para los Yankees, en un intento de contener el ímpetu de los Diablos. Aunque logró momentos destacados, Canó continuó su espectáculo con un hit clave que extendió la ventaja a cuatro carreras. La reacción de los Yankees llegó en la novena entrada, poniendo el marcador 4-3 y elevando la tensión hasta el último out, pero los Diablos lograron mantener la delantera, sellando una victoria histórica.
Con este triunfo, los Diablos Rojos no solo celebran un logro deportivo sino también la rica historia y el legado del béisbol en México. Este partido recordará a las futuras generaciones que en el béisbol, como en la vida, todo es posible.